domingo, 14 de diciembre de 2014

Mientras escriben I

Estreno una pequeña sección en la que recopilaré algunos consejos y reflexiones de autores sobre el tema de la escritura. He intentado no limitarme a novelistas y también incluir a guionistas tanto de cine, como de tv y de comics. En el nombre del autor podéis encontrar la fuente de donde he sacado sus declaraciones en su lengua original. 



En lugar de personajes sabiendo algo, tendrás que presentar los detalles que permitan al lector saber ese algo. En lugar de un personaje queriendo algo, tendrás que describir ese algo para que el lector también la quiera. (…) Pensar es abstracto. Saber o creer es intangible. Tu historia será más fuerte si enseñas las acciones físicas y los detalles de tus personajes y permites que el lector sea el que piense y sepa. El que ame y odie.




Lo que me inspira es una fecha de entrega (…) Hablar sobre algo no es la clave. Hacerlo es la clave. La forma en la que haces algo es haciéndolo.




Soy una escritora de atracones, diría, cosa que no apoyo. Siempre he sido un poco así. (…) Ahora tengo que proteger y cuidar mí tiempo de escritura porque hay muchas otros requerimientos [en la serie] (…) El día necesita tener suficiente espacio para todas las otras cosas que vienen con la escritura (…) Pero también siente que escribir siempre puede servir como un lugar al que volver. Es realmente reconfortante. Como si tanto en los malos como en los buenos tiempos es un lugar seguro en el que entrar. Es fácil olvidarlo pero es una verdad sólida. Siempre me he sentido afortunada de tener este medio, el cual es todo lo privado que tu quieres que sea y es asequible.




El mejor consejo sobre escritura que tuve fue en “Heinlein’s Rules for Writers” de Robert A. Heinlein. Su primera norma es que debes escribir, algo que ya estaba haciendo, pero su segunda norma es “debes finalizar lo que escribas” y eso tuvo un gran impacto en mí.

Ha habido momentos en los que tenía miedo de que no vendería ningún otro libro pero nunca he dudado de que escribiría otro libro.




Tienes que matar tus ideas. Puedes tener el más hermoso diálogo y tendrás que volver y eliminarlo. Una página de cómic con demasiadas palabras en ella parece que se está ahogando hasta la muerte.




El cliché es que el arte nunca está finalizado, solo abandonado.




Lo aborrezco. Es monstruoso. Ha matado a amigos míos. Conozco a gente que ahora está muerta porque creía que sin estar jodido no podían crear, no podían expresarse, no podían vivir. Esa mierda de culto alrededor de esos niños muertos… no os confundáis, Kurt Cobain y Jimmy Hendrix eran niños. Pienso en lo que sabía a los 27 y no sabía una mierda. He ganado la sabiduría de darme cuenta de que no sé nada sobre la sabiduría. Hace poco que volvimos a vivirlo con Amy Winehouse. Es una de las peores ficciones de la cultura popular.




Odio cuando la gente es dogmática con este tipo de cuestiones. Habrá gente que diga que un juego es un juego y no debería intentar contar una historia. Hay cierta clase de juegos en los que eso es una gran verdad y yo sería igual de dogmática si dijese “no, tiene que haber una historia”, ¿no? Pero por otro lado, creo que está en la naturaleza humana interpretar las cosas como historias y contarnos historias unos a otros. Los hemos estado haciendo desde siempre, ¿verdad? Así que cuando tienes un juego y aunque sea tan minimalista como Flower, estamos activamente entregados como jugadores en interpretar y sacar una historia. Esa es parte de la interactividad del medio, dejar espacio para que el jugador interprete.




Mi consejo de escritura es exactamente el mismo que mi consejo para la gente. Creo que todo el mundo tiene una voz única y mientras más se siga a esa voz, la pasión tras ella, las obsesiones tras ellas; mientras más se nutra y se rete y crezca esa voz, mejor. 

jueves, 27 de noviembre de 2014

Adaptación, una historia de Los Mundos Cambiantes

Welsh tenía 2 años cuando perdió a sus padres. Vivían en el desierto, en una tribu pequeña pero bien avenida. Se ayudaban unos a otros a superar los obstáculos que los Mundos Cambiantes ponía ante ellos. Pero, una noche, unos lobos rabiosos y hambrientos entraron en el campamento y, antes de que pudiesen hacer nada, mataron a  7 personas, entre ellas a la madre de Welsh. Su padre fue herido y resistió un par de días más pero había sido contagiado de rabia y los más ancianos decidieron acabar con su sufrimiento antes de que empeorara. Welsh, sin otra cosa que pudiese hacer, se adaptó.

Poco a poco, la tribu, pequeña y sin posibilidad de crecer con nuevos miembros debido a las rígidas normas de pertenencia que los más mayores imponían, fue debilitándose. Meses después, una tormenta de arena que duró días hizo que perdieran el poco ganado que tenían y que les proporcionaba comida diaria. El hambre que pasaron en las semanas posteriores diezmó la población de la tribu. Welsh fue uno de los supervivientes y el único con la capacidad y la salud para liderar al resto, para llevarles a la salvación. Welsh se adaptó.

Trabajó duro para llevar a su tribu a una zona del desierto donde estuviesen a salvo. Buscó comida, intercambió lo poco que tenían con otras tribus y, de una forma y otra, consiguió que sobreviviesen. Cuando estuvieron a salvo, Welsh supo que tenía que realizar cambios. Modificó las normas de pertenencia y permitió que todo aquel que quisiese pudiese unirse a ellos como uno más. Sin preguntas, sin explicaciones de ningún tipo. Quien quisiese quedarse solo tendría que trabajar como uno más. Welsh no solo se adaptó, si no que hizo que su tribu también lo hiciese.

Welsh no quería denominarse líder, hablaba de comunidad y no de tribu y las decisiones las tomaban de la forma más democrática posible. Pese a ello, todos acudían a él cuando había problemas y él trataba de ser lo más justo posible. La comunidad creció y se hizo más fuerte. Recogían chatarra y objetos raros a lo largo del desierto para luego venderlos a comerciantes por comida. Más adelante, incluso consiguieron un grupo de Ontes, pequeñas criaturas que les proporcionaban huevos frescos cada mañana. Descubrió que podían vivir, no solamente sobrevivir, y Welsh se relajó y se permitió disfrutar más de los pequeños placeres que se encontraba día a día.

Pero los buenos tiempos tienen su reverso y, un día, los esclavistas se acercaron a la tribu de Welsh con intención de conseguir mercancía de forma rápida. Buscaban hombres y mujeres fuertes y bien alimentados y allí los iban a encontrar. Además, todos sabían que la comunidad no tenía armas y que, por lo tanto, estaban indefensos. Aquel día Welsh sufrió un duro reverso. Más de 20 personas fueron capturadas y un par murieron intentando proteger a los suyos. Destrozado, se refugió en su tienda, pensativo. Aquella noche decidió que no iba a dejar que aquello sucediera. No iba a superar la perdida de los suyos y, simplemente, esperar a lo que viniese después. Welsh consultó con su comunidad y esta le apoyó. Con la chatarra que habían recogido durante las semanas anteriores, construyeron armas y, siguiendo el rastro confuso en la arena, buscaron la caravana de esclavistas.
Tuvieron suerte. No les esperaban y no eran demasiados. Los esclavistas cayeron y sus prisioneros fueron liberados. Muchos de ellos, a los que no conocían de antes, se unieron a su comunidad. Volvieron al campamento y lo recogieron a toda prisa para evitar que volvieran a por ellos. Huyeron y se establecieron en otro lugar. A partir de entonces, y pese a que Welsh no creía en la violencia y mantuvo siempre una actitud de inclusión y no beligerante, tuvieron sus armas listas para proteger al grupo de hombres o bestias que quisieran hacerles daño.

Cada noche, aquellos que querían contaban sus historias, dándose a conocer y arrojando luz sobre su pasado. En una de esas sesiones, llegó a ellos una joven, perdida y asustada. Más adelante contaría también su historia al calor de la hoguera, pero no aquella noche. Quiso la Diosa Dolma que Welsh se enamorara de la mujer y que ella también se interesase por él. Y cuando la recién llegada admitió que prefería mantener una relación abierta, Welsh, una vez más, se adaptó. Aunque tenía que admitir que esta vez no le costó tanto como las veces anteriores.


Poco podía imaginar Welsh que sus decisiones le llevarían, en un momento dado, a dar refugio a un grupo extraño en el que se incluía a un científico que había visto mejores momentos, una joven monje del caos y dos habitantes de Octa. Sin saberlo, su encuentro con ellos iba a cambiar de nuevo su vida. Welsh no tendría más remedio que volver a adaptarse, una vez más. 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Auto-publicación, pros y contras

Pros

-Control total sobre la obra. Nadie te va a decir que debes añadir o quitar y, por lo tanto...
-Mayor posibilidad de experimentación.
-Transparencia en los números de ventas.
-Sin intermediarios.
-Puedes elegir el precio de tu obra (incluso colgarla gratis en Internet).
-Puedes publicar todo aquello que se te antoje.

Contras

-No dispones de un editor que mejore tu producto o lo corrija.
-Sin promoción profesional y, por lo tanto...
-Dificultad para llegar a un alto número de lectores.
-Al no tener un filtro y el apoyo de una editorial, la calidad de tu obra será cuestionada por los lectores antes incluso de echarle un vistazo.
-El hecho de que puedas publicar lo que quieras también hace que puedas publicar aquello que no tiene la calidad que esperabas conseguir.


Además de que todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, no siempre vamos a poder elegir si queremos auto-publicar o ser publicados. Para muchos la primera opción es, de momento, la única. Pero lo importante es no dejar la obra en el cajón.


“Write it. Shoot it. Publish it. Crochet it, sauté it, whatever. MAKE.”

Joss Whedon. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

Recordar placeres

¿No os ha pasado nunca que, por el motivo que sea, volvéis a hacer aquello que os gusta tanto, os relaja o quizá os pone de buen humor? Y, cuando lo retomas, pensáis, ¿por qué no lo hago más a menudo? No hablo de aquellas actividades que nos negamos por falta de tiempo o creernos con más responsabilidades de las que tenemos, si no de aquellos pequeños placeres que, un buen día, se deslizan fuera de nuestra vida cotidiana y ya no los volvemos a ver hasta después de mucho tiempo.

Disfrutar del Sol en la cara un día frío, ducharse con música, usar incienso, comprar eso que hace tanto tiempo que no saboreas y que te encanta... Ejemplos como estos se van substituyendo por una rutina marcada, férrea, a prueba de balas. Para combatir contra la procrastinación blindas tu día a día sin permitir esos pequeños descansos y recompensas, merecidos y necesarios.

Nunca me he considerado una persona que no se permita caprichos, ya sean materiales o más intangibles. Sé, de hecho, que a otros les cuesta más dejarse llevar en este sentido. Y, aún y así, cuando vuelvo a descubrir aquello que me hace feliz, aunque sea brevemente, me sorprende el no realizarlo de forma diaria.

Quizá suena tonto. O puede que, si no olvidáramos esos placeres, al recordarlos no nos reconfortarían tanto. Serían parte de la rutina. Su brillo se perdería en el gris del día a día. Pero no estaría mal que, al menos, los limpiáramos de polvo más a menudo.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Cerrar y abrir proyectos

Si, en otra ocasión, hablaba de la dificultad de encontrar tiempo para escribir no es menos difícil el pasar de un proyecto a otro.
Estos días, paralelamente a la promoción de "Los Mundos Cambiantes", he estado finalizando otra novela y corrigiendo un segunda más corta. En un principio creía que me iba a llevar más tiempo, quizás hasta final de año, pero como regalo inesperado he podido terminarlo todo antes de lo previsto. Ahora tengo dos meses antes de que se acabe el 2014 para iniciar alguno de los proyectos que tengo en el cajón, muchos de ellos ideas sin forma, frases o personajes que me gustan pero a los que todavía no he dado forma o contexto.
Para mi, este estado es a la vez excitante y agobiante. Es fantástico porque es como mirar en la caja de juguetes y decidir con cual quieres jugar a continuación. Pero, tal y como me pasaba de pequeño y me sigue pasando cuando tengo que elegir una película o un videojuego, hay tantas posibilidades que me llego a paralizar. Puede que escoja uno con ilusión pero, cuando empiezo a desarrollarlo, la pereza se apodera de mí y pienso que me he equivocado. O sigo pensando en aquel otro que tuve en mis manos durante unos segundos y lo descarté por el motivo que fuese.
Al menos sí se que debo iniciar un proyecto pequeño. Una historia corta, un relato, algo manejable que no me consuma demasiado tiempo. Aún quedan cosas por pulir de la novela finalizada, una revisión a fondo, por lo que no quiero tener otro monstruo entre manos que no pueda manejar. Así que meteré mis manos en la caja y, quizás incluso al azar, me llevaré uno de esos juguetes para crear la próxima historia.

jueves, 23 de octubre de 2014

Primer mes

Hace ya un mes que la novela salió a la venta. Ha sido un mes movido, con momentos de ilusión y otros de casi desesperación. Ilusión por ver el libro digital colgado en Amazon; por tenerlo en las manos, impreso; por recibir críticas positivas de los primeros lectores. Desesperación por ver los pequeños fallos que vas cometiendo por el camino y por lo difícil que se hace autopromocionarse. Quieres llegar al mayor número de personas pero cuesta y te das cuenta de que hay que ser constante e intentarlo de todas las formas que se te ocurran.

Pero si por algo estoy contento y muy agradecido es por la respuesta de familia, amigos y conocidos. El apoyo que he sentido estos días ha sido tremendo. Cuando apuestas por algo que has hecho tú y ves que los demás responden cuidándolo tanto como uno mismo... No tiene precio, de verdad. Muchos de ellos han realizado una promoción mejor que yo mismo, recomendando la novela a todo el que podían y animándome a que yo hiciese lo mismo.

Esto ha hecho que me empiece a tomar más en serio el tema de la escritura. Hasta ahora era una afición más pero estos días quiero que cobre aún más importancia. Este blog es un paso más en esa dirección. Espero que pronto haya algunos resultados que pueda compartir por aquí.

Ahora solo queda seguir dándole duro, trabajar para que llegue a más lectores. Pero debo decir que solo por lo expuesto arriba, ya ha merecido la pena publicar Los Mundos Cambiantes.

jueves, 16 de octubre de 2014

Pavo para tres

SEC.001.INT.SALÓN.NOCHE.
JORGE (42) camina hasta la mesa que hay en el centro del salón con una bandeja en la mano. Sus 2 invitados están ya sentados. DAVID (36) se levanta de su silla y acude en su ayuda.

JORGE
(Aparta la bandeja de las manos de DAVID)
No, no. Eres mi invitado. Vuelve a la mesa con tu mujer.

SOFIA (34) mira la escena con los brazos cruzados. Después de mirarse a los ojos un instante, DAVID obedece y JORGE lleva la bandeja a la mesa.

JORGE
Espero que os guste comerlo tanto como a mí el prepararlo.

Jorge levanta la tapa de la bandeja y desvela el pavo que hay debajo. Luego reparte en cada plato un poco de carne. Los tres cogen sus cubiertos y empiezan a comer.

SOFIA
Está delicioso, JORGE. Te felicito.

JORGE
Siempre se agradece que le animen a uno por sus platos… aunque no estén a la altura de los comensales.

DAVID
Tonterías. Sofía a veces cocina pavo pero no se puede comparar a esto.
(Sofía le mira con la ceja levantada)

JORGE
Ya sabes lo que dicen: nadie puede entender mejor lo que le gusta a un hombre que otro hombre.

SOFIA
         (Sonriendo de forma tensa)
     Vamos, Jorge, tampoco sois tan complicados.

JORGE
Al contrario. Somos mucho más simples que vosotras. Por eso es difícil llegar a entendernos bien. Es como el pavo… lo he preparado como me gustaría comerlo a mí. Y, al parecer, David tiene unos gustos parecidos a los míos. 

DAVID
         (Asintiendo y sirviéndose más pavo)
Justo en su punto.
SOFIA
         (Corta la carne con movimientos bruscos)
Pues a ver si te animas y preparas algo en casa. Así le das ese fantástico toque masculino tú mismo.

DAVID
Uf, ya me gustaría. Pero sabes que soy un negado para la cocina. No sé ni hacer un huevo frito.

SOFIA
Todo es ponerse. Al contrario que según qué cosas, uno no nace siendo buen cocinero. Uno se hace. ¿No, Jorge?

JORGE
Tienes toda la razón, Sofía. Todo es practicar.
(Se lleva la copa a los labios)
Tengo una idea, David. ¿Y si vienes un día y te enseño algunos trucos? Un par de platos, algunas salsas…

SOFIA
Uy, que va, si está ocupadísimo todo el santo día. Yo apenas le veo por casa últimamente, imagínate.

DAVID
Podría hacer un hueco algún día entre semana, cariño. Al final igual aprendo y todo. Sería divertido.

SOFIA
Ya, pero…
JORGE
Claro que sí. Ya verás cómo nos lo pasamos estupendamente los dos.


JORGE coge un poco de pavo y se lo lleva a la boca mientras sonríe a DAVID. Este le devuelve la sonrisa y SOFIA se sirve una copa de vino y se la bebe de una sola vez.

lunes, 6 de octubre de 2014

Sacar tiempo

Para ganarse la vida escribiendo uno tiene que ser una super-estrella. No basta con ser publicado o vender bien un libro, si no que hay que tienes que tener la garantía que tus próximos títulos también van a ser un éxito y, por lo tanto, puedes dejar todo lo que estés haciendo para dedicarte a desarrollarlos. Es algo que cualquiera que esté intentando hacer esto aunque sea a nivel aficionado sabe. Y está bien.
Es decir, me encantaría llegar a eso pero soy realista. Me encantaría ocuparme solo de escribir pero sé que no es algo que a todo el mundo le pase. Lo único que hay que hacer es compaginar un trabajo más o menos estable con la escritura. Y aquí es donde la cuestión difícil radica. Porque a veces no es tan fácil sacar tiempo para ello.
Ya no hablo de la constancia o de horas acordadas con uno mismo para ponerte a ello, venciendo a la pereza o los momentos en los que no encuentras un motivo para seguir. Eso se merecería otro post. Hablo sobre el encontrar el momento venciendo a los quehaceres diarios, protegiendo tu "hora de escribir" contra todo lo que la vida te lance. A veces no solo no es fácil si no que es imposible. Está muy bien querer escribir tres páginas diarias pero cuando tienes que pagar el alquiler si o si, la cosa se complica un poco más.
Ahora, por suerte, tengo un horario laboral que me permite tener las mañanas libres y, por lo tanto, es más una cuestión de planificación que otra cosa. Pero las cosas cambian. Quizás dentro de unos años tenga un horario diferente y entonces no pueda acceder a mi tiempo de escritura tan fácilmente. Y, aunque se que si fuera el caso ya se vería, es algo que me preocupa. Porque entonces ya no se trata de no vivir de esto, si no de que quizás tu ritmo de vida ni siquiera te permite acceder a ello como afición.

jueves, 2 de octubre de 2014

Salir del armario

Mientras escribes, el texto es para ti. Puedes amarlo, odiarlo o serte indiferente, pero es algo personal. Yo, al menos, prefiero que en ese primer estado no lo lea nadie. Los borradores son piezas inacabadas y, como tales, deben ser protegidas. Pero cuando uno al fin ya ha terminado y ha pulido lo que había que pulir llega el momento de sacarlo a la luz. Y en ese momento es cuando uno "sale del armario".

Hasta ese momento tus conocidos saben que escribes, quizás incluso te hayan preguntado sobre el tema de tu novela o que le hagas un pequeño resumen. Pero en el momento en el que tu novela está ahí fuera es diferente. Pueden leerla (o echarle un vistazo) y juzgarla. Los miedos e inseguridades atacan como nunca. ¿Será lo suficientemente digna como para no parecer un inútil? ¿Puede que piensen que es infantil? ¿Negarán con la cabeza pensando que es mejor no decir nada y hundirme en la miseria?

Esas inseguridades pueden matar. Pueden hacer que no vuelvas a escribir en un tiempo, convencido de que todo lo que hagas será algo para desechar y tirar a la basura. Pensar más en las críticas futuras que en el texto que tienes delante y la trama que intentas desarrollar.

Al final lo único que te queda es dejar esos pensamientos negativos y confiar lo suficiente en tu obra como para ser consciente de sus debilidades y puntos de mejora pero, también, sus puntos fuertes. Estar orgulloso de ella pese a los defectos que pueda tener.

martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué escribir?

Cuando vas buscando consejos sobre promoción, te encuentras diversos artículos escritos por gente que tiene más o menos experiencia y que explican las claves para hacer llegar tu libro a la mayor gente posible. Uno de los consejos que se repiten es el estudio de mercado previo a la escritura y, por lo tanto, el escribir sobre temas que se sabe que interesan al público.
Por una parte, es algo inteligente y lógico si lo que pretendes es ser un super-ventas. Hay un interés en novelas románticas, de thriller histórico o de vampiros en un momento dado y lo que haces es explotar el filón. Lo que haría una editorial, dedicada al negocio de vender libros. Pero, por otra, ¿es realmente lo que queremos hacer como escritores aficionados (o noveles, o indies, como mejor suene)?
Una de las cosas positivas de poder lanzar tu libro en una plataforma como Amazon o en tu propia páginas web es que puedes escribir lo que quieras, como quieras, y está ahí para que se descargue, para llegar a los demás. Bien, sí, puede que no consigas ni una venta si el tema no es atractivo y nadie te lea. Y eso ni siquiera significa que tu libro esté bien escrito o sea bueno. No hablo ya sobre temas de coherencia interna, de argumentos que no funcionen o de personajes que deban ser eliminados. Todas esas cosas que se pueden pulir y que un profesional sabría detectar mejor que yo, seguro. Hablo del tema, del motivo por el que escribes ese libro y no otro, del porque hablas sobre ciertas cuestiones.
Si me dedicara a esto profesionalmente quizá sería diferente. Te dan un encargo, lo cumples, te pagan por ello. Puede que me fuese complicado escribir sobre algo en lo que no creo al 100% pero, como profesional, me encargaría de que fuese digno. Pero, como aficionado, me resulta inconcebible el dedicar horas y días y meses a confeccionar un libro cuyo único objetivo sea ser vendible. No aprovechar la libertad que te da el ser un escritor independiente (o aficionado o novel), sin restricciones de ningún tipo. O al menos, sin más restricciones que las que te pongas tú, tus cánones, influencias y auto-censuras.
Quizá me equivoco y mi forma de encarar esto me precipite a la lista de NO vendidos. Al olvido de mi novela. Al anonimato de esta entre el gran público. Pero no me imagino a Aike, Joss, Oda y Sien Prit protagonizando un drama romántico o una historia de vampiros. No fueron creados para ello. Su historia es una y surgió así por una necesidad de explicar(me) ciertas cuestiones. Y no es que huya de esos géneros, si alguna vez surge una historia así intentaré plasmarla lo mejor que pueda.
En conclusión, no es un consejo que esté hecho para mí.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Primera semana

Parece que lo más complicado de ser un autor novel es el escribir el libro. Nada más lejos de la realidad. Puede que tengas tus momentos de duda, días en los que crees que no merece la pena perder el tiempo en lo escrito, pero son los menos y al final los superas. Una vez que ves que vas llegando a la meta, poco a poco te vas animando. Y cuando lo terminas, ¡eureka!, crees que has acabado.

Pero luego llega el momento de la verdad. ¿Qué hacer con la novela acabada? Al menos en mi caso, mientras la escribía, no me paré demasiado en pensarlo. Sí, claro, quería que fuese leída por el máximo de personas posible pero nunca me paré a pensar el cómo lo iba a lograr.

Probar con editoriales establecidas es el paso que, supongo, todo el mundo intenta. Al cabo de un tiempo, cuando nadie te contesta, acabas perdiendo la fe. No es que no supiese que era difícil. Que la mayoría tienen decenas de peticiones y muchas ya ni siquiera reciben originales si no han sido solicitados.

Así que el siguiente paso era la auto-publicación. Parte positiva: hoy en día en muy sencillo. En mi caso me decanté por Amazon y sus libros digitales. Al alcance de todos. Parte negativa: ¿cómo hacer que mi libro destace por encima de los miles y miles de libros que existen en la plataforma?

Y así, de la noche a la mañana, te ves convertido en no solo un autor novel si no también en community manager de ti mismo, poniendo links como loco en las redes sociales, creando páginas de facebook y leyendo y releyendo consejos sobre promoción.

Y así nace este blog. Como una forma de desahogo de toda la auto-presión que conlleva el querer ver subir tu libro en la lista de más vendidos. Como reflexión sobre los primeros pasos de alguien que no tiene ni idea del mundo en el que se acaba de meter y va dando palos de ciego, probando de todo y viendo que funciona y que no. Con suerte, alguien lo leerá y le será útil para no cometer los errores que pueda cometer y seguir los aciertos que consiga acumular. Y también como reflexión sobre algunos de los temas relacionados con todo este mundillo.

Bienvenidos.