lunes, 18 de abril de 2016

Despertar

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Despertó bañada en sudor. El pulso acelerado. La respiración agitada. No pensó ni por un instante en que podría haber sido un sueño, un reflejo de sus deseos más profundos. Sabía que había ocurrido de verdad. La Sombra había vuelto al mundo, aunque había vuelto a desaparecer. Después de tantos años, después de tanta espera, al fin había ocurrido.


Se levantó de la cama, sabiendo que ya no podría volver a dormir en toda la noche. Tenía mucho en lo que pensar. Mucho que planear. Había estado esperando aquel momento durante demasiado tiempo y, ahora, lo tenía al alcance de la mano. En algún lugar de los Mundos Cambiantes, Ella había regresado. La habían escondido bien de sus ojos y hubo una época en que incluso creyó sus palabras de desaliento pero ya no. Ahora sabía qué debía hacer. 

Ojos verdes

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Aike vio el campamento desde la lejanía. Desmontó del deslizador y se quedó mirándolo desde lo alto de la duna. Aún tenía dudas. Su cuerpo, desde hacía unos días el de un hombre fornido, temblaba. No había pasado unos meses fáciles. Había vuelto a Octa para hablar con los padres de Joss sobre la muerte de su hijo. Había pasado un tiempo con los cambiaformas en el Valle de la Sombra. Pero ahora, el próximo paso en su camino le parecía el más difícil.

Había tardado lo suficiente en localizar el campamento como para echarse atrás cuando estaba tan cerca. Entró y los miembros de la tribu le miraron sin reconocerle. Entonces le vio, agachado ayudando a alguien con la chatarra. Se dio la vuelta, le miró y le sonrió.

-Buenos días, ojos verdes- le dijo Welsh.

Cualquier duda que Aike hubiese tenido se disipó en ese instante.

lunes, 11 de abril de 2016

Paciencia

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Penler Omer sabía que los Prit eran una vergüenza para la Orden. Sien había huido y había aireado los secretos de la magia del caos por todo el desierto. Había conseguido dejar en ridículo a sus maestros y, además, había conseguido su libertad al final de todo. Oser, por otro lado, había obligado a la Orden a luchar en una batalla que no era la suya, provocando la muerte de muchos de los suyos y haciendo que la organización estuviese en el punto de mira de las tribus nómadas. Y, sin embargo, los maestros veían en él una promesa, el futuro de la Orden.

Penler Omer no podía tolerarlo pero era inteligente. Sabía que la mejor forma de jugar aquella carta era la paciencia. Esperaría y, cuando fuese necesario, actuaría para destruir a ambos. Estaba convencido de que no faltaría mucho para aquel día. 

lunes, 4 de abril de 2016

Llamas

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Sien Prit miraba las llamas y recordaba. Pensaba en Oda, en Joss, en Aike. En lo que había ganado en los últimos meses y también en lo que había perdido. Y, sobre todo, en la promesa que tenía que cumplir. Miró al otro lado de la hoguera y vio que Doreba estaba también sumida en sus pensamientos. Apenas hablaban y Sien lo comprendía. Era demasiado duro pensar en el pasado, incluso cuando  este guiaba tus pasos presentes.

-Deberíamos dormir. Mañana llegaremos a Arten - dijo Dorena.

Sien asintió. Mediante su misión, mediante su promesa, Oda seguía vivo. Y Sien honraría su memoria costase lo que costase.