Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra
“Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela.
Penler Omer sabía que los Prit eran una vergüenza
para la Orden. Sien había huido y había aireado los secretos de la magia del
caos por todo el desierto. Había conseguido dejar en ridículo a sus maestros y,
además, había conseguido su libertad al final de todo. Oser, por otro lado,
había obligado a la Orden a luchar en una batalla que no era la suya,
provocando la muerte de muchos de los suyos y haciendo que la organización
estuviese en el punto de mira de las tribus nómadas. Y, sin embargo, los
maestros veían en él una promesa, el futuro de la Orden.
Penler Omer no podía tolerarlo pero era inteligente.
Sabía que la mejor forma de jugar aquella carta era la paciencia. Esperaría y,
cuando fuese necesario, actuaría para destruir a ambos. Estaba convencido de
que no faltaría mucho para aquel día.
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